En Genalguacil, hace dos años, el fuego rugía con furia y desdén, consumiendo senderos y sueños, en un trágico baile que nadie previó. Las llamas danzaban en la sierra, pintando el cielo de ardiente pasión, mientras las almas clamaban justicia, anhelando prevención y compasión. Pero el tiempo pasó, y al día de hoy, la sombra del olvido cubre la verdad, pues nada se hizo por prevenir otro infortunio, y el fuego amenazó con regresar. Recordemos a Juan Mateos, el poeta, que hace veintiocho años alzó su voz, en el 17 de julio, día fatídico, cuando su pueblo ardía, cruel y feroz. Desde la sierra hasta la Alharia, la tierra se cubrió de brasas y dolor, y aunque los años han pasado, su recuerdo vive en cada corazón. Levantemos la voz nuevamente, en memoria de aquellos días oscuros, exigiendo prevención y conciencia, para evitar que el fuego siga sus rumbos. Genalguacil, tierra querida, hoy te recordamos con amor, y juramos luchar por tu protección, con la esperanza de un mañana mejor. Que no se repita el triste pasado, que la prevención sea nuestra bandera, y que en cada poesía y recuerdo, el fuego de Genalguacil nos enseñe a ser más sabios ya cuidar lo que queremos |
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